El gobernador Rocha Moya está en la cuerda floja por las serias acusaciones hechas en Estado Unidos que lo vinculan al cartel de Sinaloa, aunado a la desestabilización política del estado que gobierna y que insisten en sostenerlo en el poder pese a saber de su involucramiento con la facción de los chapitos, como lo señalan dos informes de inteligencia que tiene el gobierno mexicano; uno detalla cómo los reyes del huachicol, amafiados con líderes del partido en el poder, financiaron campañas de al menos seis gobernadores, entre los que se encuentra Rocha Moya, y otro sobre la captura de Zambada y de Joaquín Guzmán López, el hijo de Joaquín el Chapo Guzmán, donde se subraya el papel central que jugó en la celada al Mayo, en el asesinato de su acérrimo enemigo, el exdiputado y exrector de la Universidad de Sinaloa, Héctor Melesio Cuén, y en el encubrimiento de ese crimen. El ocultamiento de su participación lo hizo la Fiscalía General de la República, que abrió una investigación sobre el crimen donde exoneró implícitamente al gobernador, abierta como respuesta a una carta de Zambada publicada en redes en agosto del año pasado, donde lo señalaba como pieza central en las relaciones con el Cártel de Sinaloa.
La carta de Zambada fue algo insólito para un capo que se mantuvo fuera del escrutinio público durante más de 30 años, que rompió únicamente cuando, a través de Julio Scherer, que habló con él en la sierra, le envió un mensaje al entonces presidente Felipe Calderón a través de Proceso sobre el poder militar que tenía el Cártel de Sinaloa, para que fuera midiendo sus fuerzas.
El Ejército, que era el responsable de combatirlo, no se le acercó.
La carta de Zambada no iba sola.
Personas que conocieron cómo se dio la operación de captura del Mayo y la forma como se ejecutó la operación dijeron que fue acompañada de un documento de soporte que se entregó a las autoridades estadounidenses con sigilo, donde se detalla la relación de Rocha Moya con el cártel de Sinaloa.
Fue el primer guiño de Zambada por cooperar con Estados Unidos en el tema de la narcopolítica en México. No ha llegado todavía a un acuerdo con los fiscales en Brooklyn, pero están en negociaciones para evitar el juicio a cambio de información.
El respaldo a Rocha Moya de todo el régimen se explica en parte sobre lo que pudiera suceder si lo dejan a su suerte.
Quienes lo conocen consideran que podrían intentar asesinarlo los grupos en conflicto –que sería un enorme golpe al gobierno de Sheinbaum–, o que fuera detenido por Estados Unidos, temiendo que por débil comience a cantar con la música que le pongan los fiscales, en lugar de guardar silencio estoico y resistir su eventual juicio en prisión.



