Era la década de los años 90 y la priísta Delia Ortiz de Pensado gobernaba Alvarado (1995-1997). Sara Luz Herrera Cano trabajaba como empleada doméstica en la residencia de la edil y, además de su servilismo, se esmeraba por demostrar su lealtad.
Fue el comienzo de la carrera política de Herrera Cano, que en 2010 se convirtió en alcaldesa de Alvarado, municipio gobernado por el PRI.
El escándalo fue habitual durante su gestión y, el 31 de diciembre de 2013, al término de ésta, Herrera Cano fue detenida para ser procesada por el presunto homicidio de su secretario particular.
Aún en funciones, el 19 de diciembre, durante su Informe de Labores y con un proceso de desafuero en el Congreso local, lanzó un reto a las autoridades. Aseguró que cuando no tuviera fuero, no huiría del país, se quedaría a afrontar la justicia.
De nada sirvió su mensaje, a unas horas de dejar el cargo fue detenida y ahora enfrenta el proceso encarcelada y además señalada, no sólo por ese delito sino por el presunto desvío de recursos en las arcas municipales.
En 2011, el entonces diputado local del PAN Óscar Lara señaló que la alcaldesa remataba terrenos en la zona conocida como la Riviera Veracruzana para beneficiarse.
Ella contestó a esos señalamientos que se trataba de pagar la deuda heredara por la pasada administración municipal.
