Para reactivar la economía tras la crisis sanitaria por el COVID-19, algunas naciones han optado por apoyar monetariamente a las empresas, sin embargo, este es un método que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se niega a seguir pese a las recomendaciones de expertos y las solicitudes de los empresarios locales.
El mandatario ha hecho caso omiso, insistiendo en su propio proyecto de reactivación económica, lejana al neoliberalismo, priorizando el apoyo a la población a través de créditos a la palabra, creación de empleos o becas.
Según datos recabados por el diario estadounidense, New York Times (NYT), dichos programas de apoyo y créditos a microempresarios y familias con los que insiste el Presidente, no están cerca del 1% del Producto Interno Bruto (PIB).
“En un momento de absoluta polarización en México, cuando las reacciones al señor López Obrador fluctúan entre la devoción total de los partidarios y la ira vitriólica de los detractores, la necesidad de montar una respuesta económica ha ofrecido un atisbo de unidad”, escribió la rotativa.
El diario señaló que el ejecutivo federal se ha resistido a la presión, proveniente de políticos de oposición o economistas a favor del mercado y la comunidad empresarial para no sobrecargar al país con deuda pública, rescates bancarios y devaluaciones como lo ocurrido con el fobaproa.
“Él cree que los rescates simplemente no funcionan”, señalaron algunos empresarios entrevistados por los periodistas estadounidenses.
En tanto, el mandatario se ha rehusado a cancelar sus obras de infraestructura, como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya o el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía.
Los especialistas han señalado en varias ocasiones que los esfuerzos para llevar a cabo sus planes de reactivación económica no serán suficientes, ya que no cumplen con las demandas en el contexto actual.
Cabe recordar que calificadoras como Standard & Poor’s, Fitch Ratings o Moody’s han bajado continuamente perspectiva económica del país como de la productora del país, Petróleos Mexicanos (Pemex), principalmente por la crisis sanitaria.
Aunado a este, los empresarios locales, bajo la voz del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Asociación de Bancos de México (ABM) han llamado al López Obrador a tomar acción.
El pasado abril, el CCE calificó de incompleto el plan del mandatario, señalando que sus iniciativas no han ahondado en la restructuración del tejido social ante los estragos económicos del COVID-19.
El lunes pasado, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos se sumó al llamado, denunciando al gobierno de tomar decisiones “irracionales” para el sector, en una videoconferencia con empresarios de Iberoamérica y el rey Felipe VI de España.
“La responsabilidad del mandatario en turno es la de enfrentar esos fenómenos, primero, preservando vidas, y en seguida reactivando los estragos causados en la economía”, señaló el empresario.
En tanto, el exsecretario de Hacienda y Crédito Público del propio morenista, Carlos Manuel Urzúa Macías, señaló para el NYT, que “el Gobierno debería ayudar al sector privado tanto como pueda, de lo contrario nuestro producto interno bruto podría caer hasta un 10 por ciento, lo que sería un desastre”.
Urzúa señaló que es posible invertir al sector empresarial, ya que los niveles de deuda pública en México son bajos, sin embargo, de no hacerlo podría significar un panorama turbulento.
“López Obrador realmente no tiene idea de la tormenta que se avecina”, destacó el exfuncionario federal.