En fechas recientes la península de Yucatán se ha visto sucia por la vegetación del lecho marino que solamente da mal aspecto sino que genera putrefacción por acumulación de plantas, en otros casos se habla de la posibilidad de intención de una empresa de capital estadunidense de realizar el primer proyecto de minería submarina en México.
Odyssey Marine Explorations, a través de su filial Exploraciones Oceánicas, pretende dragar 91 mil hectáreas de fondo marino en el Golfo de Ulloa, para extraer 350 millones de toneladas de fosfato, una sustancia negra y pegajosa, parecida al chapapote, útil en la fabricación de fertilizantes para la agricultura.
En septiembre pasado, la firma con sede en Tampa, Florida, dedicada al rescate de tesoros submarinos y que cotiza en la Bolsa de Nueva York, presentó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la solicitud de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), con el fin de obtener la autorización para remover arena fosfática, en una superficie que equivale al 60 por ciento del territorio que ocupa el Distrito Federal.
En el 2006 se advirtió que el proceso de reconstrucción de las playas de Cancún provocaría daño ambiental y económico, porque afecta seriamente los arrecifes del parque marino de Punta Nizuc, el más visitado del mundo en su tipo, con casi medio millón de personas anuales.
Jaime González Cano, director del parque nacional Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc, dijo que se ha rellenado con arena un área no autorizada, "y eso ha disminuido la calidad de la vista de la zona de arrecifes, además de ponerlos en peligro de morir", agregó.
Los sedimentos de arena y vegetación existente en el lecho marino han enturbiado el agua, "lo que disminuye la calidad de la vista en el arrecife", explicó el funcionario federal, "y eso es importante, porque estamos hablando del sitio más visitado a escala mundial en su tipo, que en una área de aproximadamente cuatro hectáreas recibe a casi medio millón de turistas cada año".
González Cano hace referencia al polígono de Punta Nizuc, el cual está ubicado en la punta sur de la isla de Cancún, a donde la draga de la empresa Jan de Nul -que realiza el proyecto de rescate de las playas- vació arena, a pesar de que no contaba con permiso para efectuar esa labor.
"La arena cumple un propósito de rellenar, pero allí no había playa, por eso no se entiende lo que hizo la empresa", dijo.
Agregó: "Para resolver un problema primordial, como es el de las playas, abrimos otros frentes peores, porque disminuimos la calidad de la vista y hacemos un daño posiblemente irreversible a los arrecifes; se trata de daños ecológicos y económicos muy grandes", agregó.
El parque nacional presentó una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) contra el proyecto de recuperación de las playas de Cancún, porque dice que al llevar a cabo esos trabajos la empresa Jan de Nul no ha cumplido con las condiciones acerca del impacto ambiental en esas zonas.
"No estamos en contra de la recuperación de playas. Si se hubiesen hecho bien las cosas no habría problemas", dijo González Cano, "pero nunca hubo intención de sentarse a resolver esos problemas".
El funcionario dijo que en los próximos días la Profepa debe dar a conocer el veredicto sobre las denuncias que pesan sobre la empresa Jan de Nul, para saber cuáles son las sanciones a las que se hizo acreedora por las irregularidades detectadas.
Sedimentos afectan a la fauna marina
Los sedimentos suspendidos en el mar dañan las agallas de los peces y pueden causar un aumento de las enfermedades, según ha comprobado un estudio científico realizado en la Gran Barrera de Coral, en Australia, y divulgado hoy para alertar sobre la conservación de los arrecifes del planeta.
“Las agallas de los peces (…) son la primera línea de defensa de la respuesta inmunológica” y los sedimentos dañan “un órgano vital que afecta a todas las actividades del pescado que requieren oxígeno”, explicó en un comunicado Josie Rummer, coautora de la investigación de la australiana Universidad James Cook.
Las crías de los peces coralinos necesitan grandes cantidades de oxígeno para desarrollarse y, en las presentes condiciones, se hallan expuestos a un aumento constante de los sedimentos en el agua y las bacterias nocivas que los acompañan.
“Los sedimentos suspendidos provienen de las riadas, la producción agrícola e industrial costera y las operaciones de dragado, y su presencia es cada vez mayor en los litorales de todo el mundo”, dijo Amelia Wenger, coautora de la investigación.
El estudio simuló las condiciones sedimentarias habituales en los corales de la Gran Barrera de Coral, el mayor sistema de arrecifes del mundo.
El Gobierno del estado de Queensland, en el noreste de Australia, presentó este año un programa a largo plazo para proteger la Gran Barrera de Coral, cuyo borrador ha sido criticado por varios científicos que ven en el texto un proyecto de desarrollo sostenible antes que de conservación.
La Unesco recomendó en mayo que la Gran Barrera de Coral entrase en un periodo de prueba antes de decidir si la incorporan a la lista de lugares del patrimonio de la humanidad en peligro.
La Gran Barrera de Coral alberga 400 tipos de coral, mil 500 especies de peces y 4 mil variedades de moluscos, y empezó a deteriorarse a finales del siglo pasado por el doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de la acidez debido a la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera.