Los pescadores japoneses han vuelto a echarse al océano Pacífico, cerca de la bahía de Taiji (oeste de Japón), para atrapar nuevos delfines a los que dar muerte (para obtener de ellos productos alimentarios) o captura (para venderlos a los parques de atracciones acuáticos), denuncia la organización internacional de conservación marina Sea Shepherd.
La ONG estima que, tras el inicio de la temporada de pesca de delfín en esta región japonesa, 41 cetáceos han sido asesinados y 52 permanecen cautivos (para ser ofrecidos a posteriori «por cientos de miles de dólares»).
De 130 a 140 delfines son atraídos cada año hasta la bahía de Taiji, «sin permitirles descansar», los días previos al comienzo de la temporada, denuncia Sea Shepherd. Una práctica célebre a nivel mundial gracias al documental «The Cove», que ganó un Oscar en 2010, y que muestra cómo son torturados estos animales.
Los pescadores, autoridades y locales de Taiji defienden la pesca del delfín como una «actividad económica primordial de la comunidad» que cada vez es menos cruel: «Ya no usamos los ganchos de carnicero para cercenar su médula espinal», aducen.