Técnicos de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias encontraron en Hueypoxtla, Municipio ubicado al norte del Edomex, el cabezal de un equipo de teleterapia en desuso que contiene cobalto-60.
Dicho contenedor, propiedad del IMSS, fue robado el 2 de diciembre en una comunidad de Tizayuca, Hidalgo.
Personal de las policías Federal y Estatal, así como del Ejército, acordonaron la zona donde fue encontrado el equipo.
Expertos en seguridad nuclear confirmaron que la fuente radiactiva se encontraba fuera de su cabezal original y abandonada en un terreno baldío, aproximadamente a un kilómetro del lugar donde estaba el camión que transportaba el equipo médico.
Mardonio Jiménez, director de Supervisión Operativa de la Comisión de Seguridad Nuclear, advirtió que las personas que sustrajeron el material radiactivo corren peligro debido a la alta radiación a la que fueron expuestas.
"Sacaron de la caja del camión y de la caja sacaron el contenedor donde venía la fuente radiactiva. Por curiosidad o por lo que usted quiera intentaron y lograron sacar esta fuente. No sabemos exactamente dónde están estas personas", dijo Jiménez en entrevista televisiva.
"Seguramente han estado sufriendo los efectos biológicos de la radiación severa, seguramente nos vamos a enterar de quién fue porque evidentemente estas personas tienen que ir a parar a un hospital y nos vamos a enterar".
Como una medida de seguridad, se estableció un cerco de 500 metros alrededor del contenedor de cobalto-60 con la intención de facilitar los trabajos para su recuperación y almacenamiento definitivo.
"Las mediciones de la radiación realizadas hasta el momento indican que el cerco establecido es lo suficientemente amplio para proteger a la población", informó la dependencia, que forma parte de la Secretaría de Energía.
"Cabe señalar que la fuente radiactiva está localizada en un terreno baldío en una zona rural de baja densidad poblacional".
El director de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear, Juan Eibenschutz, explicó que anualmente hay un promedio de seis robos de material radiactivo, pero que en ninguno de los casos ha sido intencional, es decir, que los ladrones no buscaban el material, sino querían los vehículos o los contenedores que transportaban.