“Michoacán es un estado fallido donde los grupos de la delincuencia se disputan el territorio como si fuera un botín”, manifestó el obispo de Apatzingán Miguel Patiño Velázquez al hacer un diagnóstico de lo que ocurre principalmente en la región del Valle de Apatzingán, la Sierra Occidental y la Costa.
El pasado 15 de octubre el clérigo escribió sobre la situación que guardan estas regiones, una semana antes de que se llevara a cabo las fiestas de Apatzingán, por la conmemoración de la Primera Constitución de 1814.
“Michoacán tiene todas las características de un estado fallido. Los grupos criminales: Familia Michoacana, Zetas, Nueva Generación y Caballeros Templarios, principalmente, se lo disputan como si fuera un botín”, indicó el prelado en este texto que fue comentado hoy por la periodista Carmen Aristegui en MVS.
Señala que la costa es la entrada de los insumos para la producción de las drogas sintéticas; “la Sierra Madre del Sur y la zona aguacatera, para el cultivo de mariguana y amapola, el establecimiento de laboratorios para la producción de drogas sintéticas y refugio de los grupos criminales. Las ciudades más importantes y todo el estado: para el trasiego y comercio de la droga, 'venta de seguridad' (cuotas), secuestros, robos y toda clase de extorsión”.
Patiño Velázquez, quien dio a conocer este texto en la página de la Conferencia del Episcopado Mexicano y en el que también señala que la entidad tiene años sufriendo las injusticias del crimen organizado que se han recrudecido en los últimos meses. “Han aumentado los levantones, los secuestros, los asesinatos, el cobro de cuotas se ha generalizado y familias enteras han tenido que emigrar por el miedo y la inseguridad que se está viviendo. En los últimos días se está obligando a líderes sociales y a las personas en general para que firmen y pidan que el ejército y los federales se vayan de Michoacán y a los comisariados ejidales se les ha amenazado para que vayan ante el Congreso de la Unión a hacer la misma petición”.