La entrada en vigor en Colorado de la primera ley en Estados Unidos que legalizó la venta de mariguana de uso recreativo podría desencadenar un efecto dominó en otros estados si la implementación es exitosa, consideraron hoy expertos.
Largas filas de consumidores esperaron la apertura del primer día de ventas en 18 tiendas con licencia en Denver que habían completado el proceso administrativo de entre los 136 expendios autorizados para la comercialización de la mariguana en el estado.
Expertos estiman que si el uso legal de cannabis en Colorado no tuviera en el futuro un impacto social negativo y la recaudación de impuestos y el turismo fueran exitosos, la medida podría ser emulada en Alaska este año donde ya se han recabado firmas para someter a voto una propuesta similar.
En el estado de Oregon se contempla en 2015 llevar a referendo público el uso recreativo de la cannabis, y al siguiente año se prevé someter a voto medidas similares en Arizona, California, Maine, Massachusetts, Montana y Nevada.
El estado de Washington ya aprobó una ley que autoriza el uso de la mariguana más allá del medicinal; sin embargo, la venta al público se iniciará en los próximos meses.
Los residentes mayores de 21 años en Colorado están autorizados para comprar hasta 28 gramos de mariguana en cada transacción por un monto de entre 320 y 520 dólares, mientras los visitantes sólo pueden adquirir siete gramos a la vez.
Se estima que las ventas de mariguana en Colorado podrían inyectar más de 200 millones de dólares anuales a la economía del estado.
En tanto las ganancias para los distribuidores podrían representar inicialmente 30 mil dólares mensuales que podrían alcanzar un cuarto de millón de dólares.
Especialistas indican que la fuerte demanda incrementará los precios inicialmente, sin embargo a largo plazo la competencia provocará una caída en los precios de la mariguana y productos derivados como galletas pasteles y chocolates.
El gobierno ha señalado que no impugnará en las cortes la ley en Colorado para la legalización de la substancia prohibida a nivel federal, en tanto las autoridades estatales mantengan estrictas reglas para la distribución de la droga.
Sin embargo, la política de la Casa Blanca es mantener la ilegalidad de todas las drogas consideradas adictivas.