Escuche mientras lee: "Could it be magic", una extraordinaria, por pasional, pieza de la inspiración tripartita de Adrienne Anderson en las letras, Barry Manilow en la música y el inspirador Frédéric Chopin, en cuyas progrediones melódicas se inspiró el de origen ruso-celta Barry Manilow. Desde luego, puede usted elegir entre la versión original o la maravillosa interpretación de Donna Summer.
Y bien, en momentos como éste, me encanta colorear los comentarios con la omnipresente sabiduría de los dichos mexicanos. Así como aquél añorante "diciembre y sus posadas", los estadíos previos a los procesos electorales son tanto o más tradicionales.
Lo que hoy me inspira no es "mi pueblo y sus elecciones", hoy me inspira el cambio radical de los tiempos y la facilidad con la cual, a diferencia de ayer, hoy furcias y clientes, chichifos, fementidos y "venerables" hombres de negocios gustan del exhibicionismo y mientras más públicas sean sus actos de vil prostitución, mejor.
En Cancún por ejemplo, el “Presidente de a Diez”... -centavos-, pudo haberse sacado de la manga la defensa a ultranza del complejo hotelero sobre Playa Delfines o el mal chiste de concesionar el alumbrado público, pero no, esperó hasta ahora, cuando las carteras se pueden abrir tanto como sus piernas para financiar su campaña electoral, basada al estilo ya bien conocido de andar tirando dinero por las regiones para comprar el voto; es muy divertido y digno de sesudo estudio sociológico la forma en la que la furcia se convierte en cliente y prostituye a quienes menos tienen, todo con el objetivo de ostentar el poder para seguirse prostituyendo por tres años más.
Pero es exactamente lo que ocurre en Solidaridad, con el negocio de los parquímetros y en breve, algún otro oscuro negocio, la ambición, más que del poder, del dinero, es capaz de pervertir y envilecer a la "pléyade" de "nuevos ricos" hijos de la tranza y el valemadrismo.
Desde luego, no son los únicos casos, existen quienes al amparo del poder enloquecen grave como la señora Perla, a quién sólo le falta el sombrero chistoso del Napoleón para ser más elocuente.
Diríamos entonces, "Los políticos y las furcilerías".
Y no vayáis a pensar que sólo ocurre con los intentos de reelección; acá abajo también se cuecen habas y tenemos entonces, justo como lo veo ahora, en una mesa de café convertida en el recinto del "besamanos"; la familia Ramos, recibiendo a cuanto aspirante se acerque a "hacerles ojitos" a ver a cuál de ellos van a "apoyar" -jeje- con su “vendición”, luego de la felación, para ungirlos.
Lo divertido es su interés de exhibición, el despacho y valemadrismo de todos, por beneficiarse, a costa de los insulsos ciudadanos quienes seguimos pagando sus furcilerías.
Buonanotte.