Ha pasado un mes completo desde la elección. En ese periodo hemos visto los destapes, la desaparición de un par de partidos, el reacomodo de la paridad de género, el fenómeno mediático de los independientes y sobre todo, la amenaza del INE por anular triunfos debido al rebase del 5% del tope de gastos de campaña. A pesar de todo lo anterior, el verdadero meollo de las elecciones fue el de una ciudadanía harta de los partidos políticos, cansada de las mismas caras, atediada por los mismos discursos y promesas sin cumplir.
Hace apenas unos días Shaila Rosagel manifestaba en Sin Embargo la terrible crisis que aqueja a la izquierda mexicana, la izquierda se está haciendo vieja y; me atrevo a agregar que con la muerte de sus cuadros se ha ido muriendo. Si bien, en las cales de la Ciudad de México, las redes sociales y las universidades se vive una efervescencia izquierdista, la izquierda no ha sido capaz de tomar a estas juventudes y convertirlas en cuadros de partido, candidatos o dirigentes. Por el contrario, estos jóvenes crecen, encuentran trabajo y truncan sus sueños revolucionarios. Porque la izquierda joven ya ronda los cuarenta, tirándole a los cincuentas y, se está muriendo.
Por otra parte el PAN se enfrenta a una de las más grandes crisis de su historia. Tras tener los peores resultados en dos décadas, el PAN de Madero busca rascar logros de donde sea y los no afines a este buscan tomar las riendas del partido. Madero busca la renovación generacional de su partido por medio de un candidato joven como Ricardo Anaya, no obstante, la resultante será el mismo PAN pero con un dirigente más joven, pues tener cuerpo de joven no necesariamente implica tener mente de joven. Por otra parte está Javier Corral y su rebelión de las bases -quien parece inspirado por los discursos de Pablo Iglesias del partido Podemos de España-, que busca cooptar al panismo con un discurso que tiene un espíritu izquierdista pero un cuerpo moralista de ultra derecha.
El PAN parece haber entendido el mensaje de la ciudadanía y busca un cambio de timón, no así un cambio de prácticas, todo dependerá del triunfador. Sin embargo, la izquierda contumaz, sorda y terca, habla de combatir dinosaurios, pero los combate con fósiles. La izquierda gusta de repetir candidatos hasta que la vejez o la demencia senil les impiden competir. También el PRI se vio muy mermado en cuanto a votos en este 2015 y, tendrá que responder eficazmente el mensaje de la ciudadanía si quiere seguir sirviéndole al pueblo de México el siguiente sexenio.
El detalle a destacar es que el PRI previó esta situación, se anticipó al mensaje y cual profeta tuvo una visión de lo que vendría. A la par de las reformas transformadoras del Presidente Peña y sobre todo, su reforma política, el PRI revivía una vieja escuela que había sepultado la alternancia, la Escuela Nacional de Cuadros (ENC). Del 2013 al 2015 el PRI capacitó a aproximadamente 600 jóvenes en dos generaciones de la ENC. Dichos jóvenes fueron seleccionados mediante rigurosos exámenes de entre unos 24mil jóvenes evaluados.
El PRI de César Camacho se anticipó a los sucesos que hoy aquejan a los partidos políticos y entendió que el PRI debía renovarse o morir. Comenzó por renovar sus cuadros, dejando esa tarea en manos del brillante político poblano Guillermo Deloya, Presidente Nacional del ICADEP.
Ahora viene la prueba de fuego para el PRI, ya capacitó a sus cuadros, vendrá la etapa de la renovación generacional del partido y la consolidación de los nuevos liderazgos políticos en áreas claves del mismo. De esto dependerá en gran parte el futuro del PRI, pues ante un cambio de dirigencia se plantea un área de oportunidad de poner a prueba a los nuevos cuadros y conquistar de nuevo a la ciudadanía o por otro lado, la nueva dirigencia puede dejarlos en el olvido, lo que representaría a un PRI tapándose los oídos ante el contundente mensaje de las urnas.
La sociedad mexicana exige mejores políticos, más capacitados, más capaces, comprometidos y cumplidores. Es una realidad que los partidos se han venido haciendo viejos, la izquierda por tradición, el PAN por querer controlar los recuerdos del poder que tuvieron y no supieron aprovechar y, el PRI por la suspensión de generación de cuadros en el periodo de la alternancia (12 años).
Ante el reto que representa la reforma político electoral, el fenómeno de los independientes, el voto de castigo, el voto anti x partido, el excesivo pluripartidismo, la abstención y el voto nulo, los partidos se ven forzosamente obligados a renovarse. Y no basta con poner caras nuevas, urge un cambio en las formas de hacer política, de gobernar, de conciliar, de llegar a acuerdos, de servir a la ciudadanía y sobre todo de refrendar el amor a la patria desde el buen ejercicio público. Los partidos políticos se encuentran ante el mayor reto en su historia; el PRI ya le lleva la delantera al resto ¿Quién ganará? Si se renuevan gana México. (@TruGMA)