La tormenta Xaver, que está barriendo el norte y el este de Europa desde el jueves, causó la muerte de cuatro personas más este viernes, llevando el total a nueve, pero los pronósticos más pesimistas no se cumplieron.
Tres personas murieron en Polonia cuando un árbol fue derribado por el viento y aplastó un automóvil, en el norte del país. Una cuarta persona sufrió heridas en dicho incidente. Unas 400.000 viviendas carecían de electricidad en el norte de Polonia, y otras 50.000 en Suecia.
La caída de un árbol también costó la vida a un hombre en el sur de Suecia. De esta forma, el balance de las víctimas mortales de la tormenta Xaver era de nueve muertos o desaparecidos el viernes.
El jueves, un camionero murió en un accidente de tránsito en Escocia y un hombre que se encontraba en una silla de ruedas fue aplastado por la caída de un árbol en Inglaterra. En Dinamarca, una septuagenaria perdió la vida cuando su camioneta volcó a causa del viento. Dos marinos filipinos fueron arrastrados por una ola cerca de la costa sueca, y las autoridades no tienen esperanzas de encontrarlos.
Sin embargo, los daños materiales siguen siendo muy inferiores a las previsiones más pesimistas anunciadas por las autoridades antes de la tempestad. En Hamburgo, golpeada por la tormenta la noche del jueves, el mercado de pescado y gran parte de los barrios del puerto se inundaron. Pero si bien la crecida de la marea alta batió el récord de la terrible tormenta de 1962, que dejó 340 muertos, con 6,09 metros poco después de las 05H00 GMT, no sometió a demasiada presión a los diques construidos durante los últimos años, que pueden contener aguas de hasta 7,50 metros de altura y en algunos lugares de hasta 9 metros.
Globalmente, «los vientos no fueron tan fuertes como temíamos», reconoció Christian Herold, un meteorólogo que trabaja para el servicio alemán de previsiones meteorológicas. «Nos advirtieron con bastante anticipación y estábamos bien preparados», agregó.
Los bomberos de la ciudad indicaron que hubo menos intervenciones que durante la tormenta «Christian», que pasó por Alemania a fines de octubre. Las escuelas permanecieron cerradas este viernes en gran parte del norte de Alemania, y en otras regiones, como en el norte de Berlín, se anunció que las ausencias escolares no serían sancionadas, permitiendo que los padres decidieran si enviaban o no sus a hijos al colegio. En cambio los transportes, ya fuera marítimos, aéreos o ferroviarios, se vieron fuertemente perturbados.
En Alemania, la Deutsche Bahn interrumpió todos sus enlaces ferroviarios de larga distancia pasando por el Estado regional de Schleswig-Holstein, en la frontera con Dinamarca.
Según un sitio internet especializado en pasajes de avión, fluege.de, 531 vuelos fueron anulados sobre Alemania entre el jueves y el viernes.
En Bélgica, los diques y las bolsas de arena resistieron a la crecida más importante en varias décadas, que llegó a 6,33 metros durante la noche.
«No tuvimos grandes problemas en ninguna parte. Eso se debe principalmente a las obras previas que todos realizaron», explicó el gobernador de la provincia de Flandres occidental, Carl Decaluwé.
En Holanda, las inundaciones afectaron a Rotterdam y a la vecina ciudad de Dordrecht. La aerolínea KLM anuló unos 20 vuelos previstos el viernes.
Sin embargo, la situación se calmará de ahora en adelante, a pesar de importantes precipitaciones. «Los vientos se debilitarán durante el día de hoy (viernes) y mañana (sábado), esto será el pasado», aseguró Herold.
En Gran Bretaña, las autoridades británicas evacuaron a miles de personas de áreas costeras después de que la tormenta Xaver provocara las mayor crecida de aguas en 60 años. La situación mejoraba pero se esperan mareas altas de nuevo a lo largo del día, lo que obligó a cerrar los diques del Támesis para proteger Londres.
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