Narcofutbol: Así operaba Tirso Martínez en los equipos Querétaro, Irapuato y La Piedad
Durante casi una década, el narcotraficante Tirso Martínez "El Tío" utilizó equipos del futbol mexicano para lavar dinero del Cártel de Sinaloa, armando una "narcopropiedad" con métodos singulares.
Tirso Martínez fue aprehendido en 2014 en León, Guanajuato y actualmente está preso en una cárcel federal de Estados Unidos, acusado de tráfico de cocaína y tras haber testificado en contra de Joaquín "El Chapo" Guzmán en el llamado "Juicio del siglo".
Además, este martes Martínez comenzó a testificar en el juicio contra Genaro García Luna, también en Estados Unidos.
Tirso Martínez testificó en el juicio del Chapo Guzmán.
El tema del narco en el futbol mexicano vuelve a la escena con las revelaciones del periodista Ignacio "El Fantasma" Suárez, quien en su podcast narra la relación de Tirso Martínez con jugadores de los clubes Venados de Yucatán, Irapuato, Querétaro y La Piedad.
El narco encontró "Una mina de oro para lavar dinero" en el futbol mexicano
Según narra El Fantasma, la operación de Tirso Martínez en el narco alrededor del futbol mexicano comenzó en la última década del siglo XX, cuando compró al equipo Venados de Yucatán en la Primera División A (segunda división).
"Se dio cuenta de que era una mina de oro para lavar dinero", narra Ignacio Suárez en su podcast.
"Tirso Martínez "El Tío" utilizó al fútbol mexicano como una enorme lavandería (sic), lo mismo con equipos de ascenso, que de Primera División".
"Sacaban sus sobrecitos amarillos con dinero"
La administración de ese equipo y de los que luego compraría "El Tío", se daba sin registros fiscales y con frecuentes pagos en efectivo. Jugadores de aquella época recuerdan que les pagan la quincena en efectivo y con dólares."Al estadio llegaba su gente con los maletines llenos de dólares& a cada uno nos daban un sobre amarillo con el dinero".
El mismo método siguió entre el año 2000 y 2005, periodo en el que Tirso Martínez compró al Irapuato y al Querétaro de la Primera División, así como a La Piedad.
Tirso Martínez fue capturado por narcotráfico.
Un exjugador de los Gallos del Querétaro recordó cómo eran los pagos de sus sueldos:
"Llegaban en una camioneta afuera del estadio Corregidora, una suburban, y sacaban sus sobrecitos amarillos y decían "Aquí está, cuéntalo"... ya ya parece que lo íbamos a contar. A mí me tocó que a veces iban a pagarnos al hotel en la noche y llegaban con el sobrecito billetes de 100 dólares que no sabías si estaban marcados".
A Tirso Martínez los jugadores lo veían poco, pero era imposible no fijarse en él en sus visitas a los estadios.
"Él llegaba siempre con unas chicas muy guapas, iba poco al estadio y estaba poco tiempo, pero le encantaba el futbol y hacía sus fiestas con un grupo de jugadores bien escogido y llegaba en un Ferrari, un Lamborghini o un Mercedes Mclaren que no había otro en México".
El Querétaro de 2003.
Incluso los jugadores se sentían bien tratados, aunque algunos se rehusaban a recibir el dinero en efectivo y menos en dólares, pero era la minoría.
"El trato era muy bueno, muy amable y coloquial. Si tú no supieras quién era y el poder que tenía... no dabas un peso por él".
Le compraron al Querétaro y al Irapuato
La labor de Tirso Martínez, también apodado "El Patrón" o "El Centenario" se mantuvo durante años, aunque poco a poco se conocieron sus métodos.
"Todos los personajes importantes ligados al futbol mexicano, si no los dueños, pero sí los personajes importantes, conocían al señor... unos más que otros, pero el que te lo niegue, o le falta valor o está mintiendo", le narró una fuente al Ignacio Suárez.
"Sabían que había empresas fachadas, pero todos sabíamos que eran del señor y nadie se atrevía a denunciar, con esos tipos no se juega, quién lo hubiera acusado, si alguien lo hubiera acusado, no hubiera vivido para contarlo".
En 2004, la Federación Mexicana de Futbol decidió cortar el paso de Martínez en el balompié profesional y le compró las franquicias para desaparecerlas.
Según el testimonio recibido por Ignacio Suárez, en esa negociación tuvo qué ver el gobierno federal, entonces encabezado por Vicente Fox.
"El gobierno intervino y negoció para comprar las franquicias en 10 millones de dólares y se le pagó, porque si no le pagaba, amanecíamos en el río".