El gobierno estadounidense vendió sus acciones restantes en General Motors, anunció el lunes el secretario del Tesoro, con lo que la nación terminó perdiendo 10 mil 500 millones de dólares en el rescate del fabricante de automóviles de Detroit, pero aun así aseguró que la alternativa habría sido mucho peor.
El gobierno recibió 912 millones de acciones de GM -una participación del 60.8 %- a cambio de un rescate de 49 mil 500 millones de dólares durante la crisis financiera de 2008 y 2009. En vista de que el gobierno sólo recuperó 39 mil millones de dólares con la venta total de los papeles, los fondos de los contribuyentes bajaron más de 10 mil millones de dólares.
El secretario Jacob Lew, sin embargo, insistió en que el rescate era necesario para salvar un millón de empleos y evitar que la industria automotriz estadounidense se derrumbara.
Previamente el lunes, el presidente de GM para Norteamérica, Mark Reuss, pronosticó ante periodistas en Warren, Michigan, que la salida total del gobierno como accionista aumentaría las ventas, especialmente entre los compradores de camionetas pickup.
No fue la primera vez que GM ha dicho que algunos clientes potenciales han preferido no comprar sus marcas porque se oponen a que el gobierno intervenga en las finanzas de una empresa privada. Debido al rescate de GM con fondos públicos, la compañía recibió el apodo burlón de "Government Motors" (Motores del gobierno) .
Al cierre de los mercados de Nueva York, las acciones de GM registraron un alza del 1.2%.