La influyente revista británica “The Economist” dedicó ayer un artículo al presidente Enrique Peña Nieto y a los problemas de su gobierno, el cual, afirma, “está manchado por el escándalo”.
El escrito de esa publicación señala que la revelación de la residencia que el presidente posee en Ixtapan de la Sal es la “última vergüenza” de la administración del mandatario.
Además “The Economist” hace énfasis en la baja popularidad de Peña Nieto, “la más devaluada que se ha visto jamás para un presidente mexicano”.
“Con las encuestas sugiriendo que la afluencia en las próximas elecciones será pobre, el mayor beneficiario del cinismo atribuido al presidente (Peña Nieto) puede ser Andrés Manuel López Obrador, el mesiánico populista que casi ha ganado dos veces la presidencia. México se merece algo mejor”, señala la publicación británica.
En el artículo, “The Economist” hace un repaso de los recientes escándalos del gobierno federal, incluyendo el caso de los normalistas de Ayotzinapa, las casas de la primera dama y del titular de Hacienda, Luis Videgaray y la suspensión de la licitación para el tren México-Querétaro, y menciona la iniciativa de una policía nacional.
“En defensa del gobierno, el respeto a la ley no puede surgir en México de la noche a la mañana. Tomará años, quizá décadas, limpiar y fortalecer las policías del país”, dice el artículo.
Comenta además que el presidente evade la tarea más importante: Castigar a los corruptos líderes políticos que están coludidos con el crimen organizado.
Respecto a las residencias, se afirma que Peña Nieto y Videgaray olvidan que, “en las democracias modernas, de las que México aspira a ser parte, las relaciones de favores mutuos que ambos parecen tener con Grupo Higa, son vistas como un comportamiento inaceptable”.
“The Economist” afirma que se necesitan muchos cambios, y que la aprobación de la propuesta de una fiscalía anticorrupción independiente del gobierno debe acelerarse. “Desafortunadamente, los simpatizantes del presidente no quieren que esto último ocurra”, señalan.
Otro elemento que resalta la revista es que nadie se ha hecho responsable por las fallas de seguridad, el sospechoso contrato con Grupo Higa o el conflicto de intereses.
“Nadie ha restringido a Grupo Higa de los contratos con el gobierno, mientras una investigación independiente del gobierno determina si la empresa tiene o no culpas”, señala la publicación.”Simplemente no lo entienden”, señaló a “The Economist” un ex funcionario mexicano. “Pero los mexicanos si entienden. La popularidad de Peña Nieto ha caído al 40%, la más baja jamás para un presidente mexicano”, dice la revista.”Las arriesgadas reformas económicas (de Peña Nieto) podrían traer todavía recompensas políticas. La división de la oposición podría ayudar al partido del presidente a ganar las elecciones legislaytivas de junio. Pero en meses recientes se ha socavado la autoridad presidencial que se usó para asegurar las reformas”, apunta.