Bruselas entierra el hacha de guerra. Tras más de tres años de investigación formal, la Comisión Europea ha anunciado este miércoles un principio de acuerdo con Google que evita al gigante estadounidense una multa millonaria de hasta 5.000 millones. La empresa dirigida por Larry Page ha logrado vencer las resistencias de las autoridades europeas de Competencia con su tercera propuesta.
El vicepresidente de la Comisión y titular de Competencia, Joaquín Almunia, ha anunciado que esta última oferta es sensiblemente mejor a las dos anteriores. "La alternativa [no aceptar el acuerdo] podría llevar mucho tiempo, conllevaba muchas incertidumbres y no aseguraba que el resultado final fuera mejor", ha defendido el dirigente comunitario.
"Mi misión es proteger la competencia en beneficio de los consumidores, no de los competidores", ha añadido Almunia, quien se ha mostrado confiado en que la nueva propuesta de Google, "tras largas y difíciles conversaciones, puede ahora abordar las preocupaciones de la Comisión".
En esta oferta mejorada, Google accede a cambiar la forma en la que presenta los resultados de las búsquedas especializadas —como por ejemplo sobre hoteles o restaurantes—, para que los servicios de sus tres principales rivales sean claramente visibles, aunque tendrán que abonar un importe de tres céntimos. También modificará la forma en que se muestran los resultados para que sean equivalentes a como aparecerían a través de un sistema objetivo de búsqueda.
"Sin impedir que Google mejore sus propios servicios, (esta medida) otorga a los usuarios una verdadera oferta entre servicios competidores presentados de una manera comparable", ha añadido Almunia. Para que esta mejora de la competencia sea una realidad, el comisario europeo también exigirá al gigante de Mountain View que traslade las ventajas con sus rivales no solo a los PC, sino a las tabletas y smartphones.
Si el principio de acuerdo finalmente se materializa, Google se librará de una multa que podría haber ascendido a 5.000 millones de euros, una cifra equivalente al 10% de sus ingresos en 2012. Sin embargo, la propuesta final se elevará al colegio de comisarios dentro de unos cuantos meses, aunque se espera que llegue antes de que la nueva Comisión que entra en funciones en noviembre. Sobre los siguientes pasos a dar, Bruselas descarta reclamar la opinión del centenar de afectados que en su día denunciaron a Google. "Mi aceptación de la última propuesta de Google tiene bases muy sólidas. Conozco bien los argumentos de la demandantes", ha argumentado Almunia.
La decisión de no realizar un test de mercado no gusta, sin embargo, entre los denunciantes. "Un acuerdo sin la participación de las terceras partes es un error gigantesco. Los demandantes deben poder evaluar los compromisos de Google, no sólo el análisis que ha hecho la Comisión de su propuesta", han reprochado en el lobby Icomp.
El conflicto se remonta a febrero de 2010, cuando la Comisión Europea confirmó la recepción de tres quejas por parte de empresas digitales europeas que protestaban por el abuso de posición dominante de Google. En Estados Unidos, el buscador ya salió airoso de un proceso similar sin ser multado. Desde la apertura de la investigación formal, en noviembre de 2010, Bruselas ha recibido medio millar de respuestas a sus consultas en búsqueda de información de la empresa estadounidense. En 2012, Almunia anunció que había encontrado cuatro áreas en las que “las prácticas de Google podrían considerarse como abuso de posición dominante”.