Lo que inició como un ambicioso proyecto, se ha transformado en una pesadilla para Cancún Tennis Complex, complejo deportivo que albergaba desde 2019 torneos futuros avalados por la Federación Internacional de Tenis (ITF), donde se desarrollaban jóvenes talentos tanto mexicanos como extranjeros en uno de los tres circuitos de la ITF más importantes a nivel mundial.
El circuito mexicano era el cuarto más grande del mundo, solamente superado por el de países omo Turquía, Túnez y Egipto, representando el 12 por ciento de los torneos anuales avalados por la ITF.
Durante tres años, se realizaron cerca de 60 torneos ITF al año, 30 por cada rama, y que tenían una bolsa a repartir de 15 mil dólares. La bolsa anual rondaba los 900 mil dólares, poco más de los 852 mil 480 dólares.
Luego de la pandemia del Covid-19 y el fuerte impacto económico que significó, el 30 de septiembre de 2022 dejaron de operar los torneos debido a incumpliento de pago por parte de Federación Mexicana de Tenis (FMT) presidida por Carlos González.
De acuerdo a Alejandro Ortega, director de Cancún Tennis Complex, la FMT incumplió con el apoyo de 5 mil 500 dólares que proporciona la ITF para la realización de estos torneos incrementándose a un total de 245 mil dólares, es decir, cerca de 4.5 millones de pesos.
Pero los problemas para el complejo deportivo se agravaron, ya que el pasado 31 de agosto, Alejandro Ortega interpuso una querella ante la Fiscalía General de Justicia de Quintana Roo por despojo de la propiedad.
“Hicimos un contrato de 15 años de operación y en caso de venta yo sería la primera opción para comprarlo. Se están queriendo robar la mitad de Cancún Tennis Complex”, señaló Alejandro Ortega.
Cabe destacar que figuras como el australiano Bernard Tomic fueron algunos de los tenistas que aprovecharon los torneos ITF de Cancún para mantenerse en activos e ir recuperando terreno.