A mes y medio de las elecciones del 1 de julio pasado, las cosas para la alianza del Partido Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC) empiezan a aclararse y aunque han dicho que no hay un culpable, indirectamente el coordinador general de la campaña de Ricardo Anaya Cortés, de los candidatos a senadores, diputados federales y presidentes municipales por el PAN-PRD-MC, Juan Carlos Pereyra Escudero lleva la culpa impresa en la frente.
De los municipios costeros, los que más reciben recursos, el único que se ganó fue Tulum, pero no fue por la operatividad de Juan Carlos Pereyra Escudero, como ahora pretende “colgarse el milagrito”, sino que fueron factores que desde antes se trabajaron para que Víctor Mas Tah pudiera alzarse con el triunfo.
Todavía no entiendo cómo llegó a ser el coordinador de la campaña de los puramente panistas y perredistas, toda vez que Pereyra Escudero es gusano de la misma guayaba priísta, a la que hoy se le juzga y sus principales actores políticos están en la cárcel. Como han publicado muchos medios, para retenerlo en el PRI y apoyara a los candidatos en la elección del 2016, el exgobernador Roberto Borge Angulo le regaló la diputado plurinominal; a su hermano Jorge Julián Pereyra Escudero le entregó la notaría número 93. Además es el principal promotor de las invasiones en Playa del Carmen en los terrenos de “In House”.
Lógicamente, con un interlocutor de este calibre, pues difícilmente los candidatos de la alianza PAN-PRD-MC pudieran arribar; cabe aquí preguntar ¿dónde quedó el dinero que se destinó para la promoción del voto de esos candidatos? Solo Juan Carlos Pereyra lo sabe.
Como sabe que ya está por acabarse su función como diputado, Pereyra ahora quiere asegurarse y promover a su equipo para que se incruste en el naciente gobierno de Tulum, que a partir del 1 de octubre próximo encabezará Víctor Mas Tah. La estrategia de Juan es la misma que aplicó en los gobiernos de Félix González Canto (2005-2011) y Roberto Borge Angulo (2011-2016); “dice el gobernador que…”, es su frase favorita, pues con ella se convierte en un engañabobos profesional.
Solo basta recordarle a los que confían en él, que el que traiciona una vez, traiciona dos veces, pues se hace parte de su naturaleza. Hay que preguntarle a los candidatos perdedores su opinión en cuanto al expriísta, cómo los ayudó para lograr el objetivo. Su excusa fue decir que “el efecto Andrés Manuel López Obrador era imparable”; si así fuese, entonces no habría ganado Josué Nivardo Mena en Lázaro Cárdenas, Juan Carillo Soberanis en Isla Mujeres, Laura Fernández Piña en Puerto Morelos y Pedro Joaquín Delbouis en Cozumel.
SASCAB
El Tren Maya “turístico-cultural”, anunciado por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ya no será de 900 kilómetros, sino que se amplía a mil 500 kilómetros, pues se incluye el tramo de Mérida a Cancún, toda la región maya. Así que correrá de Palenque, Chiapas; Candelaria, Escárcega, Calakmul en Campeche; de ahí bajará a Bacalar, Tulum, Playa del Carmen y Cancún, en Quintana Roo; luego irá a Valladolid y finalmente en Mérida, estas últimas dos ciudades en Yucatán. El Tren tendrá inversión pública y privada, se proyecta quede concluido en el 2022. Justificó que se cuenta con el derecho de vía del antiguo ferrocarril del sureste, desde Palenque, Chiapas hasta Valladolid, Yucatán no se concesionó ese tramo, de ahí que se decidiera ampliar el proyecto original. Tendrá estación en Campeche, en Mérida, en Valladolid, que tiene que ver con Chichén Itzá.
Se van a utilizar los fondos que se recaudan del impuesto al turismo, se habla de alrededor de 7 mil millones de pesos al año. Pero como no es suficiente, se hará una convocatoria para buscar una sociedad con la iniciativa privada.