El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), considerado uno de los proyectos emblemáticos del actual gobierno federal, atraviesa su etapa más crítica tras la decisión de Estados Unidos de cancelar vuelos provenientes de esta terminal, lo que profundiza las dudas sobre su viabilidad operativa y económica.
Un proyecto marcado por la controversia
El AIFA surgió tras la cancelación del aeropuerto de Texcoco, una medida que transformó el rumbo de la infraestructura aeroportuaria del país. El nuevo proyecto significó para el erario más de 300 mil millones de pesos en costos, considerando las indemnizaciones, los bonos emitidos y los gastos adicionales derivados del cambio de sede.
Aunque fue concebido como una alternativa moderna y estratégica, el aeropuerto ha enfrentado problemas de conectividad, baja afluencia de pasajeros y dificultades logísticas debido a su ubicación y la falta de transporte eficiente hacia el Valle de México.
Impacto de la cancelación de rutas
La reciente decisión de retirar rutas internacionales desde el AIFA representa un fuerte revés para su operación y su proyección internacional. Analistas consideran que la medida afectará el tráfico de pasajeros y reducirá el atractivo del aeropuerto para aerolíneas nacionales e internacionales.
Las empresas que aún operan en el AIFA advierten que los costos de mantenimiento y la limitada demanda hacen difícil sostener su rentabilidad, mientras que el proyecto continúa dependiendo del presupuesto público.
Entre la política y la funcionalidad
El AIFA fue concebido como un símbolo de la administración actual, pero su desempeño ha generado críticas que lo señalan como un proyecto político más que técnico. Su operación, pese a la inversión y promoción, no ha alcanzado los niveles esperados y mantiene cifras modestas en comparación con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Un futuro incierto
A tres años de su inauguración, el AIFA enfrenta el desafío de demostrar su viabilidad real como parte del sistema aeroportuario metropolitano. Si no logra incrementar su conectividad y autonomía financiera, podría consolidarse como una obra costosa con impacto limitado en la aviación nacional.
El caso del AIFA deja una reflexión sobre la importancia de combinar visión política con planeación técnica y sostenibilidad económica en los grandes proyectos de infraestructura del país.
 
 

 
 
 
 
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