Lo que debía ser una reunión interna del Partido Acción Nacional (PAN) terminó en una confrontación vergonzosa cuando Germán González Pavón, secretario general del PAN en Quintana Roo, y su hijo Emiliano irrumpieron en la asamblea para imponer a Guadalupe González —esposa de Germán— como presidenta del Comité Municipal de Othón P. Blanco.
Testigos relataron que el ambiente ya era tenso, pero estalló cuando Germán y Emiliano comenzaron a gritar órdenes y lanzar amenazas para forzar la aprobación de su propuesta. En cuestión de segundos, los reclamos derivaron en insultos, empujones y hasta lanzamiento de sillas, convirtiendo la reunión en una auténtica pelea campal.
El saldo fue varios asistentes con golpes, rasguños y ropa rota, además de un profundo clima de división entre la militancia panista. “Esto dejó de ser política; ahora es una lucha despiadada por el poder”, expresó indignado un militante, mientras otros acusaron al clan González de intentar apoderarse del partido como si fuera un negocio familiar.
Ante la gravedad de los hechos, diversos panistas exigen la intervención inmediata de la dirigencia estatal para frenar la violencia interna. Advierten que, de no tomar medidas, el PAN corre el riesgo de perder credibilidad y autoridad moral ante la ciudadanía, justo en un momento en que la unidad es clave para enfrentar los próximos procesos electorales.