Chetumal, Quintana Roo.— La violencia alcanzó de lleno a la capital del estado: un comando armado irrumpió en el *Hotel Luna Caribe* y privó de la libertad a por lo menos *seis turistas*, en un operativo ejecutado con precisión y bajo total impunidad. Testimonios extraoficiales advierten que el número real de víctimas podría ascender a "once personas desaparecidas".
La acción criminal se atribuye al "Cártel de Caborca", organización que en los últimos meses ha escalado su presencia en el sur de Quintana Roo. Entre los nombres que se mencionan como responsables intelectuales del ataque aparece presuntamente "El Cholin", identificado por fuentes de inteligencia como operador clave en la región.
El caso no es aislado. El mismo día de la irrupción en el Hotel Luna Caribe, se reportó la desaparición de al menos "cinco hombres" en diferentes puntos de Chetumal**, todos privados de su libertad bajo circunstancias similares: sujetos armados que los subieron a la fuerza a vehículos y los trasladaron con rumbo desconocido. La coincidencia temporal apunta a un "operativo criminal coordinado", lo que eleva las sospechas de un patrón de levantones con fines de control territorial.
La falta de información oficial agudiza la incertidumbre. Familiares y conocidos de las víctimas reclaman que ni la Fiscalía General del Estado ni la Secretaría de Seguridad Ciudadana han emitido comunicados claros, mientras la presidenta municipal de Chetumal guarda silencio frente a una escalada que golpea directamente al turismo y a la población local.
La situación en Chetumal revive la pregunta que nadie quiere responder: ¿cómo es posible que un comando pueda irrumpir en un hotel, sustraer a varias personas y desaparecerlas sin que exista una reacción inmediata? El caso expone las debilidades del blindaje de seguridad en la zona sur y deja en evidencia la ausencia de resultados en el combate al crimen organizado.
El destino turístico, que históricamente presumía de tranquilidad frente a la violencia del norte del estado, enfrenta ahora un desafío mayúsculo: recuperar la confianza de visitantes y habitantes, al tiempo que exige a las autoridades estatales y federales respuestas claras, acciones contundentes y, sobre todo, la presentación con vida de las personas desaparecidas.
