AGENCIA SIM/Armando Angulo
Cancún.- Este es Cancún, el destino turístico número uno de América Latina y que hoy se encuentra en peligro de perder uno más de sus atractivos, pero lo más reprobable son las muertes de las tortugas, todo producto de la ambición y la depredación del hombre hacia el medio ambiente.
Esta es una muestra de los políticos y empresarios financieros coludidos en todo el mundo, que buscan dónde pueden sacar más dinero, para pagar sus insaciables excentricidades. Una vez más, pasando por encima del respeto que merecen en primer lugar la naturaleza y en segundo la sociedad, estos políticos llamados verdes ecologistas y financieros adalides del progreso, a costa del inmenso daño a la ecología del lugar, pretenden construir el hotel Gran Solaris, otro monstruo de concreto en Playa Delfines, última ventana de la Zona Hotelera ubicada en el kilómetro 19.5 del bulevar Kukulcán, un lugar donde llegan a desovar las tortugas laúd y verdes, ya en peligro de extinción.
Sin embargo, el predio que fue cercado con estructuras metálicas junto a El Mirador, en la Zona Hotelera, es propiedad privada y ha cumplido con todos los requisitos que le ha pedido el Ayuntamiento, aseveró Francisco Javier Zubirán Padilla, secretario de Ecología y Desarrollo Urbano.
El funcionario indicó que el municipio está a favor de la inversión y no se puede rechazar a un proyecto que cumple con todas las leyes, pues esto ahuyentaría futuros inversionistas.
En el proyecto de Gran Sirenis Cancún, indicó que se trata de una construcción en un terreno colindante, que Catastro marca como privado, con una densidad dentro de lo establecido en el Plan de Desarrollo Urbano (PDU) vigente.
Los ambientalistas señalan que la obra del proyecto de hotel Gran Solaris Cancún, cercada desde hace días con láminas de aluminio, comenzó de lleno sus trabajos en el predio contiguo a playa Delfines, pese a que este ruido es perjudicial a los huevos de tortugas marinas ubicados a metros del lugar. La muerte de varias de ellas, después de haber eclosionado rompe bruscamente el equilibrio ecológico y esto es apenas el comienzo, la contaminación ambiental alguien tiene que pararla.
Desde afuera del predio se escucha el ruido y martilleo de maquinaria, pese a que en la zona se tienen huevos de tortugas sin eclosionar y esta contaminación acústica podría causar la muerte de estos ejemplares, protegidos por la ley.
“¿Por qué trabajar cuando todavía hay ejemplares sin eclosionar?”, cuestionó Katerine Ender, presidenta del Movimiento Social en Pro de los Derechos del Pueblo.
En el lugar se encontraban voluntarios de la Dirección de Ecología del Ayuntamiento de Benito Juárez, quienes tienen la responsabilidad del corral, los que dijeron que le dieron aviso a la directora, Jeannina Medrano Galindo, pero que hasta el momento nadie había acudido.
Como se observa, la instalación de láminas de aluminio en el perímetro del predio, que invade duna y afecta una zona de anidación de tortugas marinas.
El ayuntamiento de Benito Juárez asegura que la obra es legal, por contar con todos sus permisos y realizarse en propiedad privada, pero se invade duna hábitat de especies protegidas como aves migratorias y tortugas marinas, que lo usan para su anidación.
En la plataforma Change.org ya se han recolectado más de 12 mil firmas contra el proyecto y el Movimiento Social en Pro de los Derechos del Pueblo, presidido por Katerine Ender Córdova, quien encabeza la defensa de Tajamar, ya interpuso denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR).
Jeannina Medrano Galindo, directora de Ecología del Ayuntamiento Benito Juárez, indicó que se estableció un corral en el predio por común acuerdo con el grupo Solaris, para mayor protección de los huevos, que ya se retiró la estructura que los bloqueaban y que monitorearán la zona hasta que el último huevo eclosione. Justificó el hallazgo de ejemplares muertos en el corral, indicando que una mortandad de 5% es esperada en los nidos y añadió que la Procuraduría Federal del Protección al Ambiente (Profepa) ya inspeccionó el sitio y no detectó afectación por la obra.
“Hay 530 nidos que fueron los que ya fueron sembrados, ya eclosionaron alrededor de 220 y falta la otra mitad para que nazcan”, declaró.
Por su parte, el presidente municipal Remberto Estrada Barba dijo que las muertes de tortugas son normales y se dan no sólo en el corral ubicado en playa Delfines, sino en todos los corrales; quien defendió el proyecto de hotel Gran Sirenis Cancún, por ser una inversión que beneficia a este destino. En entrevista, el edil indicó que este proyecto de hotel, a un costado del Mirador, no invade la playa pública, sino que es colindante a ella, Los promoventes cuentan con todos los permisos municipales, estatales y federales.
El proyecto ha generado polémica, pero el presidente lo defiende: “Ha habido muertes de tortugas, naturalmente las causas de muerte de cada una de las tortugas suceden, no solo en ese corral, sino en muchos corrales de todas las playas que tiene Cancún… Eso suele pasar cada temporada”.
Estrada Barba recalcó que todas las inversiones privadas fortalecen, con más cuartos de hotel y más empleos para Cancún, pues ha sido a través de éstas que se ha constituido este destino turístico de clase mundial.
El proyecto de hotel a un costado de Playa Delfines, en la Zona Hotelera de esta ciudad, no es competencia estatal, por lo que le tocará a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) investigar la existencia de tortugas muertas y sancionar si son atribuibles a estas obras, declaró Alfredo Arellano Guillermo, titular de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA).
En torno a los ejemplares de tortuga marina hallados muertos en el corralón instalado junto a la obra del futuro hotel Gran Sirenis, Arellano Guillermo señaló que el Ayuntamiento de Benito Juárez es quien tiene el permiso de Vida Silvestre para el manejo de esta especie, por lo que serán sus técnicos los que determinarán la razón de los decesos y notifiquen a Profepa para que sancionen, de ser atribuible a la obra.
La pregunta es, ¿quién castigará a estos ecocidas? Desarrolladores del hotel Gran Sirenis Cancún incurre en un delito ambiental, se pregunta a Katerine Ender Córdova, presidenta del Movimiento Social en Pro de los Derechos del Pueblo. La activista indicó que los dueños del predio no tienen autorización para afectar las dunas, menos en un área de anidación de tortugas, pues esto viola la ley y tratados internacionales.
“Esta es una playa mundialmente conocida, certificada, donde debería haber una vigilancia extrema y no ha llegado ninguna autoridad que no sean los federales, para frenar el trabajo que se está dando de manera ilegal”, comentó la activista. “Una cosa es que sean concesionarios, que tengan un permiso de Semarnat, y otra cosa es que ejecuten de una manera ilegal esos permisos y que nos priven de nuestras playas”.
Cabe destacar que Gran Solaris Cancún recibió la autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para construir un hotel de 14 niveles, con una inversión de 90 millones de dólares.
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