A los 82 años, Elena Poniatowska mantiene intacta su capacidad de protesta y confiesa que le debe todo al periodismo. Habla de su país, México, convertido en un "infierno", del oficio de escribir, los escritores y amigos. Un testimonio que refleja las más íntimas convicciones de una mujer íntegra.
Este año Poniatowska es la invitada principal del programa de autores iberoamericanos de la Feria Internacional de Libro de Miami, que se inauguró el último domingo con la velada "Una noche con Poniatowska", donde la Premio Cervantes 2013 hablará de sus experiencias vitales, literarias y periodísticas.
A pesar de su resistencia, Poniatowska (París, 1932) ha devenido en un auténtico mito viviente para muchos lectores y admiradores de su lucha desde joven contra un capitalismo sin trabas, el abuso de poder, la injusticia y la desigualdad social.
Por algo, de haber podido encarnarse en un personaje de la historia, le hubiera gustado hacerlo, asegura, en la figura de Juana de Arco.
Esta cronista impulsiva de estilo directo, hija de madre mexicana y padre aristócrata francés, recibió hasta los diez años en París una educación esmerada, rigurosa, una formación de la que guarda un recuerdo entrañable.
"Era una escuela (en su infancia en París) donde dominaba la seriedad del estudio, la urbanidad, hasta el punto que se cuidaba mucho no hacer manchas en el cuaderno de ejercicios", evoca amablemente en una entrevista.
Pero fue su abuelo francés, autor de dos obras, y a quien contemplaba a diario en su despacho leyendo y escribiendo, quien despertó en ella el gusto por los libros y la literatura, por esa atmósfera «que giraba en torno a los numerosos volúmenes" ordenados en su biblioteca.
A los diez años emprende con su madre, María de los Dolores (Paula) Amor, y hermana, Sofía, un viaje a México y se instalan en la capital, adonde llegará poco después su padre, el aristócrata Jean Joseph Evremond Sperry Poniatowski.
Su rebeldía la lleva, en vez de a casarse con un príncipe (lo natural dada la clase social a la que pertenecía), a tomar la decisión de dedicarse al periodismo, profesión que comienza a ejercer con verdadero fervor en 1953 entrevistando a personajes famosos para varios periódicos.