En una ceremonia cargada de simbolismo, identidad y participación ciudadana, la gobernadora Mara Lezama Espinosa encabezó este lunes la conmemoración del 215 aniversario del Grito de Independencia, junto a más de 12 mil asistentes en la Plaza Cívica de la Bandera, ubicada frente al Palacio de Gobierno de Chetumal.
Una noche de cultura, tradición y unión
Familias, turistas, visitantes y pobladores llegaron vestidos de gala y portando los símbolos patrios para acompañar el acto. Entre banderas, trajes típicos, sombreros y confeti, el ambiente fue festivo pero solemne. La ceremonia se desarrolló con los Honores a la Bandera Nacional, dirigidos por bandas de guerra de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, escuelas locales, la 34ª Zona Militar y la XI Zona Naval.
Protocolo patriótico
El discurso central incluyó la lectura de los “Sentimientos de la Nación”, documento clásico de Morelos y Andrés Quintana Roo, a cargo de Yensunni Martínez Hernández, presidenta municipal de Othón P. Blanco.
Acto seguido, Mara Lezama, acompañada de autoridades militares, estatales y municipales, izó la Bandera y tocó la campana mientras pronunciaba los vítores tradicionales:
“¡Mexicanas y mexicanos! Quintanarroenses, ¡Viva la Independencia Nacional! ¡Vivan las Heroínas y los Héroes que nos dieron Patria y Libertad! … ¡Viva Quintana Roo! ¡Viva México!”
En su intervención, la gobernadora resaltó la participación histórica de Claudia Sheinbaum como primera mujer presidenta de México en encabezar el Grito.
Celebración popular
Al concluir el acto oficial, comenzó la verbena popular “Noche Mexicana”, con un festival artístico-cultural que incluyó espectáculos de luz que proyectaron imágenes de los héroes nacionales, la Bandera Nacional y símbolos quintanarroenses.
En el cierre musical se presentó la agrupación Cañaveral de Humberto Pabón, que puso broche de oro a la ceremonia con ritmo y energía que hicieron vibrar al público.
En resumen: unidad y reafirmación de identidad
Con esta celebración, el gobierno de Mara Lezama refrendó su apuesta por reforzar el sentido de pertenencia entre los ciudadanos de Quintana Roo, promoviendo la unidad y el reconocimiento de los símbolos nacionales. La noche fue, antes que nada, una demostración de que la tradición cívica sigue viva, especialmente cuando se combina con cultura, participación masiva y orgullo colectivo.