Cuentan los amigos de Roberto Borge, gobernador de Quintana Roo, que poco antes del viaje presidencial a Francia visitó Los Pinos y salió feliz del encuentro: había dejado fuera de la carrera por la candidatura del PRI en su estado al subsecretario de Turismo, Carlos Joaquín Armenta, hermano del secretario de Energía.
A la audiencia llevó una lista con cinco precandidatos, encabezada por el alcalde de Benito Juárez (Cancún), Paul Carrillo; Mauricio Góngora, presidente municipal de Solidaridad (Playa del Carmen); a Eduardo Espinoza, alcalde de Othón P. Blanco (Chetumal), y a los dos diputados federales electos José Luis Chanito Toledo y Arlet Mólgora Glover.
–¿Son todos?– le preguntaron.
–Bueno, hay uno más, Carlos Joaquín, pero es colaborador suyo.
–Un magnífico colaborador– le contestaron.
“Haz tus encuestas, el partido hará las suyas, y vemos”, le dijeron al gobernador de Quintana Roo.
Las encuestas se harán con los cinco nombres que Roberto Borge llevó a Los Pinos. Por eso estaba contento, dicen los amigos que han hablado con él. Con picardía, había dejado fuera al hermano de Pedro Joaquín Coldwell.
La dupla que tiene con Félix González Canto (exmandatario estatal y padrino político de Borge) no quiere en la lista al cozumeleño Carlos Joaquín, y la encuesta se hará sin él.
Le sugirieron, eso sí, una casa encuestadora que ha sido muy acertada, lo que podría acotar la capacidad de maniobra de la mancuerna Borge-González Canto, pero la baraja de ambos no se limita al alcalde de Cancún, el más dúctil de los cinco. Ya la hicieron.