Israel lanzó ayer una ofensiva terrestre contra la Franja de Gaza, tras diez días de bombardeos para poner fin al disparo de cohetes desde ese enclave palestino controlado por el movimiento islamista Hamas, que prometió hacerle pagar caro la invasión.
La operación inició pese a un llamado de Estados Unidos para que Israel redoble sus esfuerzos para evitar bajas civiles.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, informó que el gobernante dio instrucciones al ejército para ir tras Hamas después de que el grupo extremista rechazó una tregua propuesta por Egipto y luego de que integrantes de esa organización trataron de infiltrarse hacia Israel a través de un túnel desde Gaza.
El anuncio fue de la mano con un intenso bombardeo aéreo, marítimo y terrestre de la Franja de Gaza y de tiros de tanques concentrados en la frontera.
Mientras tanto, Hamas prometió que Israel pagará “un alto precio” por haber entrado en Gaza.
“El inicio de la ofensiva terrestre israelí en Gaza es un paso peligroso, cuyas consecuencias no se han calculado”, dijo el portavoz de Hamas, Fawri Barhum, en un comunicado.
“Israel pagará un alto precio y Hamas está listo para el enfrentamiento”, agregó.
Un comunicado militar israelí indicó que la invasión se propone garantizar que “los residentes (israelíes) puedan vivir en seguridad, sin estar bajo el terror continuo, y asestar un golpe significativo a la estructura terrorista de Hamas”.
“La operación, limitada a algunos sectores de Gaza, involucrará a cuerpos de infantería, de artillería y de inteligencia, con apoyo de la aeronáutica y la marina”, agregó.
Israel había procedido en los últimos días a un despliegue masivo de vehículos blindados, piezas de artillería y unidades de infantería en la frontera y había ordenado la movilización de unos 40 mil efectivos. Tras el inicio de la operación terrestre, aprobó la movilización de otros 18 mil reservistas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lamentó la escalada y urgió a Israel a “hacer mucho más” para proteger a los civiles palestinos.
Por otra parte, un cohete disparado desde Gaza cayó en un terreno baldío cerca de la ciudad israelí de Ashkelon apenas concluidas las cinco horas de tregua humanitaria negociadas por la ONU.
La aviación israelí bombardeó el enclave palestino, matando a tres niños en Gaza, según los servicios de emergencia locales, que también dieron parte de un muerto en otro ataque.
Al menos 241 palestinos, la mayoría civiles, entre ellos varios niños, murieron desde el inicio de los bombardeos aéreos israelíes el 8 de julio.