Después de 53 años de hostilidades entre Estados Unidos y Cuba, el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, acordaron restablecer sus relaciones; anuncian que se relajarán las restricciones económicas y de viajes a la isla.
La noticia fue acogida con júbilo en Cuba. Cientos de personas salieron a las calles para celebrar el inicio de lo que podría ser el principio del fin al bloqueo económico de Estados Unidos hacia el país caribeño.
Las medidas ponen fin a una “política obsoleta”, dijo Obama desde la Casa Blanca, ilustrando el cambio histórico que termina con medio siglo de enemistad. “El aislamiento no funcionó. Es hora de intentar una nueva política”.
De forma simultánea, el presidente cubano, Raúl Castro, pronunció un discurso televisado desde La Habana en el que presentó los acuerdos. Un día antes del anuncio que alegró los corazones de los ciudadanos en la isla, ambos mandatarios mantuvieron una conversación telefónica que duró 45 minutos; es la primera discusión al más alto nivel entre los dos países desde 1961.
Se trata del cambio más significativo en la política estadounidense hacia Cuba en más de 50 años, en los que no mantuvieron relación directa. El origen de esta enemistad inició en 1960, cuando Estados Unidos decretó el embargo de las exportaciones cubanas, en lo que supone el comienzo del bloqueo comercial; un año más tarde rompen relaciones diplomáticas, tras el intento fallido de invasión en la Bahía de Cochinos.
En febrero de 1962, el presidente estadounidense John F. Kennedy ordenó el embargo total a Cuba, y en octubre de ese mismo año surgió la conocida como “crisis de los misiles”, cuando la URSS intentó colocar misiles nucleares en la isla, y dirigidos hacia Estados Unidos. Luego de varios días de tensión, Moscú decidió retirar los 42 misiles nucleares instalados en la localidad cubana de San Cristóbal.