Tan confiado como es y sintiéndose experto en negociaciones, el secretario general del sindicato de taxistas “Andrés Quintana Roo” de Cancún, Eric Castillo Alonzo invitó a los empresarios de la aplicación Uber para sentarse en una mesa de acuerdos, donde él mismo dijo que sí podían entrar pero que se afiliaran al sindicato.
Le urgía a Eric más cuotas sindicales, pero le salió el tiro por la culata, porque como el sapo que pidió alojamiento al conejo, los de Uber se fueron inflando hasta llegar a ser una plaga en todo Quintana Roo; aunque ellos dicen que le dieron buena lana al sindicato de taxistas para que se le permitiera operar libremente.
La presión de los socios y concesionarios del sindicato sobre Eric fue tan grande, que éste empezó a utilizar a su hija en la regiduría de Benito Juárez, para que el Ayuntamiento empezara una cacería de los vehículos de Uber, por medio de la Dirección de Tránsito, pero no les salió de todo bien, porque como desconocen las leyes, eso es completamente ilegal, ya que ellos nos están capacitados para hacerlo, pues mientras no comentan alguna falta, nadie puede ser estorbado en sus propiedades.
Como eso no funcionó, ahora armó un grupo de choque para que empiecen con la “cacería” de Uber en Cancún, con piedras, palos y hasta con armas de fuego. El sindicato de taxistas ve la tempestad de la inseguridad y no se arrodilla, eso no ayuda a la imagen del destino, pues esos videos dan la vuelta al mundo, no ayuda al gobernador Carlos Joaquín en su promoción turística, perjudica a todos los quintanarroenses.
Eric ya no sabe qué hacer, se le salió su negociación de las manos, ahora se quiere meter en la sucesión sindical, si él ya demostró su ineficiencia, su incapacidad y su falta de oficio, imagínese qué hará la gente que está cercana al él.
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