*El adiós a un Charro Amarillo
*Dime de qué presumes…
Patético espectáculo el que escenificaron Félix González Canto y Julián Ricalde Magaña durante el desayuno privado que ofreció el gobernador, Carlos Joaquín González, a propósito del XLIII aniversario de la erección del estado. Uno, ávido de reflectores, aún con el trasero sucio y el otro; ávido del olvido generalizado por su oscuro pasado que aún reboza y salpica en todas direcciones.
El motivo, todo el mundo lo sabe ya, un par de estrofas de una genial pieza clásica del cantautor español exiliado en México, Joan Manuel Serrat, titulado “La Fiesta”, estrofa que Ricalde, enfermo de afán protagónico, tuiteó con la respectiva foto del ex gobernador saludando de mano al ahora primer mandatario. Lo que no se puede perder de vista es que se trata de un funcionario de la administración actual, insultando públicamente a quien –muy a su pesar-, hoy es un ex gobernador, cargo que, dicho sea de paso, ahora menos estará al alcance de las ansias del ex presidente municipal de Benito Juárez.
Grave incidente de política elemental y, aun cuando la mayoría de nosotros ciudadanos no estuvimos de acuerdo con la incorporación del “Charro” (es porque practica la charrería) al Gabinete, el tipo es representante de la administración pública estatal y se puede considerar que sus actos, representan a la administración. Desde luego, ello requiere, mínimo, un extrañamiento público, su consecuente renuncia, y su salida con una lápida para su carrera política bajo el brazo.
Patético pero divertido diría yo, al final, el señor Ricalde logrará las “ocho columnas” de los medios locales… -eso campeón, ya tienes nuestra atención, por fin jajajajaja-.
Dime de qué presumes
Lo cierto es que el mayor de los pecados es LA INCONGRUENCIA. Pregunta número uno: ¿por qué, en su momento, luego de haber confabulado para hacer a un lado a Gregorio Sánchez Martínez, ex jefe y mecenas de Julián a través de las negociaciones entre Julián y Alicia Ricalde con Félix González Canto, ahora resulta que son enemigos acérrimos? La respuesta es muy simple: los intereses políticos de los Ricalde Magaña son tan cambiantes y desechables como pañal de adulto mayor; la llegada a la presidencia municipal de Benito Juárez para Julián, el ascenso de la señora Alicia y otros connotados panistas a la XIV Legislatura y hasta el eventual encarcelamiento de Gregorio Sánchez Martínez (no deja de ser ex presidiario, por cierto), todo ello fue resultado de la negociación del “Charro Amarillo” con Félix González Canto.
Pregunta número dos: ¿y qué pasó con los 5 millones de pesos que le entregó Jaime Hernández Zaragoza y el monto que habría hurtado Ricalde de las arcas del PRD cuando fue dirigente estatal, acusación por la cual, -dicho sea de paso-, le tiró el café encima y retó a golpes a Hugo González Reyes? Pero sobre todo, ¿qué pasó con los muchos jóvenes que la entonces Dirección de Seguridad Pública de Benito Juárez entregó a los cárteles de la droga, los cuales luego aparecieron torturados y ejecutados en las calles de Cancún durante su administración? Una pequeñísima refrescadita de memoria:
Omitiré los nombres para dejar en paz a las familias. Uno de los casos más sonados correspondió a dos jóvenes ex estudiantes del colegio Kukulcán que se dedicaban a la venta de drogas por su cuenta (“chapulines”). Este par de jóvenes fueron encontrados por un abogado en los “separos” de Seguridad Pública cuando el primero visitaba a un cliente. Uno de ellos lo reconoció y lo llamó por su nombre; se identificó y le dijo que por favor hiciera algo, que los policías los habían llevado detenidos, pero que los tenían incomunicados y los torturaban, que por favor contactara a su padre para que los fueran a sacar de ahí.
Cuando el abogado regresó con los padres de los detenidos, preguntaron por ellos, pero los empleados municipales negaron que hubiesen estado en ese lugar. El abogado insistió y agregó que personalmente habló con ellos, pero nuevamente recibieron negativas y hasta agresiones.
Pasaron los días y tres meses después, los cadáveres de estos jóvenes amanecieron en un terreno baldío, localizados por elementos de la Marina. Los cuerpos de este par de jóvenes mostraban claras muestras de tortura y el característico “tiro de gracia” y aún conservaban puestas las esposas que les habrían colocado los policías preventivos de Benito Juárez.
Luego se hizo del conocimiento general, los propios policías municipales trabajaban a las órdenes de los cárteles de la droga y coadyuvaban en las labores de “limpieza” de “chapulines” en favor de las organizaciones criminales.
¿En algún momento tomó cartas en el asunto Julián? Los padres de los jóvenes con los que ilustramos el ejemplo, acudieron a exigir justicia y la intervención del presidente municipal y lo único que obtuvieron, fue el enfático “consejo” de mejor dejar las cosas como estaban. -¡Bravo Julián, qué limpiecito traes… el pasado!-
El oportunismo político es el que hace a los “veletas”. En el pasado hasta negocios hizo Julián con el ex gobernador Roberto Borge y los panistas hasta encabezaron la iniciativas que le permitieron todo tipo de excesos a Roberto Borge; los diputados panistas de la XIV Legislaturas fueron cómplices y comparsas de la administración borgista, todos ellos sin excepción y cuando las cosas estaban obligadas a cambiar, entonces negociaron con Carlos Joaquín para tener la posibilidad de seguir trepando como monos de rama en rama. Aquí sí es de mi interés destacar: Carlos Joaquín González triunfó en las elecciones gracias a los ciudadanos, no a los partidos; de la misma manera, Carlos Joaquín responde a los ciudadanos y eso tiene molestos al PAN y al PRD; pero ese, es tema de otra columna.
¿Y qué decir de Félix quien se ha convertido, junto con Roberto Borge Angulo en uno de los mayores defraudadores de los quintanarroenses?
Durante esta patética función de “NeoBurlesque”, o más específicamente “Burlesque de Garibaldi”, lo cierto es que un funcionario estatal se ha tomado la libertad de provocar a un senador de la república; que la administración estatal no debe, bajo ninguna circunstancia permitir el exceso de uno de sus funcionarios, so pena de parecer parte del complot.
La renuncia de Julián Ricalde debería estar lista sobre el escritorio del gobernador el lunes a primera hora del día y la divertida anécdota tendrá que ser recordada como lo que es, una Charada, un pleitecillo de gañanes de secundaria.
Buonanotte.