Los teóricos de la violencia concuerdan que es una construcción social que se manifiesta de múltiples formas. Se puede decir que la violencia, independientemente de las manifestaciones que asuma, implica el abuso de poder de personas, Estados o instituciones, a través de acciones u omisiones que produzcan lesiones, muerte, daño psicológico, trastornos del desarrollo o privaciones a un tercero.
A ningún sector de la sociedad le conviene que exista la violencia, pero esta crece por la falla de las instituciones como el Estado, la Iglesia, las Asociaciones civiles y las agrupaciones. Pero los gobiernos también han fallado en la construcción de políticas públicas, aunado a la falta de estrategias intersectoriales que involucren a todos los actores de la sociedad, desde las instancias más elementales de socialización.
La violencia que se vive en Quintana Roo, simplemente es la consecuencia de la falta de cultura, como la cohesionante de la sociedad. Dicha violencia es reconocida como una de las principales causas de muerte, produciendo daños físicos, lesiones, altos costos económicos y el deterioro de todo el andamiaje de relaciones de solidaridad y cooperación que conforman el “capital social”, indispensable para el desarrollo.
Los políticos y administradores de la hacienda pública no entienden que hay riesgos que se tienen que atacar de manera inmediata, pues en las ciudades se construyen entornos negativos de pobreza y marginación social, bajo unas circunstancias personales desfavorables (nivel de estudio, empelo, recreación, etc.), que pueden conducirles a caer en múltiples conductas perjudiciales y antisociales como las violentas y delictivas, el consumo de drogas y alcohol, desequilibrios mentales y emocionales, marginación y fracaso escolar, prostitución y embarazos no deseados.
Estos jóvenes son personas marginadas que presentan una gran cantidad de problemas sociales,
(proceden de familias destruidas, son agresivos, tienen pocas metas y un bajo autoconcepto) y una experiencia en el sistema educativo nada satisfactoria, caracterizada por el fracaso escolar y repetidas expulsiones.
Por eso es urgente reactivar todos los espacios que se dedican a la cultura, a tal grado, que si el individuo de la colonia, de la Región o de la comunidad no quiere o no puede asistir al centro cultural, pues se tiene que bajar hasta donde él o ella está, porque como dice el refrán: de la vista nace el amor.
SASCAB
El Partido Confianza Por Quintana Roo, que dirige en el estado Roger Cáceres Pascasio nació muerto, a tal grado que su propio progenitor, que habita en el Palacio de Gobierno, lo abandonó y ahora ni un peso les darán a sus candidatos a diputados. Todo el dinero será manejado desde una oficina de Playa del Carmen con la representación del Gobierno del Estado. Lo único que buscan en este partido es que Cáceres Pascacio pase como plurinominal.
SACBE
El oficial Mayor del gobierno del Estado, Manuel Alamilla Ceballos, no solo aglutina poder al interior de la administración joaquinista, sino que ahora se sabe que ahorca a los empresarios locales, pues los propios empresarios dicen que es muy difícil competir con empresas que vienen de fuera, todas recomendadas por el exsecretario particular del exsecretario de Energía del gobierno peñista, Pedro Joaquín Coldwell, quien es realmente el que está detrás de la Oficialía Mayor, todo en acuerdo con Juan de la Luz Enríquez Kanfachi.