La detención de René Belmonte Aguilar, alias “El Rino”, presunto jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), detonó un momento de tensión sin precedentes en Uruapan: el alcalde Carlos Manzo declaró código rojo, pidió a la población resguardarse y solicitó urgentemente apoyo de fuerzas federales y armadas.
Un golpe directo al narco… con represalias previstas
Tras su captura, “El Rino” fue presentado ante autoridades federales, luego de que se le aseguraran un arma de fuego, drogas sintéticas, dinero en efectivo y un dron. Sin embargo, el operativo encendió luces de alarma: en respuesta, miembros del CJNG trataron de ingresar armados a la ciudad. Por ello, el alcalde instó a la Guardia Nacional, al Ejército y a la Marina a intervenir de inmediato para contener cualquier acción violenta.
Estrategia de contención urgente
Desde la ruta Uruapan–San Juan Nuevo, donde se realizó la detención, hasta las calles de la ciudad, se montaron operativos en coordinación entre fuerzas policiales y federales. El objetivo: reforzar los accesos, contener posibles emboscadas y restablecer la paz social en el municipio.
El pulso del crimen organizado en Michoacán
Uruapan es un centro económico estratégico en Michoacán, disputado por múltiples estructuras criminales como el CJNG, Los Caballeros Templarios, Los Viagras y otros cárteles emergentes. La captura del líder de plaza es un golpe a su estructura local, pero también abre la puerta a represalias violentas que deben ser contenidas con diligencia.
Conclusión. La captura de “El Rino” es un logro crucial para la seguridad pública en Michoacán, pero también deja al descubierto la fragilidad de la paz local. El reto ahora es claro: contener el clima de violencia despiadado y restablecer la confianza ciudadana antes de que la sombra del CJNG se expanda nuevamente.



