Ejidatarios de Cancun, Bonfil e Isla Mujeres, blanco de secuestradores y estorsionadores

Ejidatarios del norte de Quintana Roo se han convertido también en presa fácil de las extorsiones, e incluso secuestro, por parte del crimen organizado, lo que ha obligado a que muchos de ellos tomen medidas necesarias por los graves riesgos, y con ello evitar que la inseguridad los alcance, como ya ocurrió en algunos casos.
Particularmente, ejidos como Playa del Carmen, Puerto Morelos, Bonfil, Isla Mujeres e incluso Holbox han sido, en los últimos años, blanco de los grupos delictivos que han interceptado a comuneros acostumbrados a ser ostentosos para extorsionarlos.
Esto ha generado un fuerte temor entre los ejidatarios que en muchas ocasiones hasta faltan las asambleas por el temor que existe en la zona en materia de inseguridad.
Incluso se han dado casos donde muchos ya no frecuentan como antes sus propiedades ya sea ranchos o quintas, debido a la inseguridad, pues afirman corren el riesgo de ser las próximas víctimas de los diversos grupos delictivos.
Un caso reciente ocurrió en el núcleo agrario de Isla Mujeres, donde de acuerdo a diversas fuentes, un comunero fue objeto de un secuestro, por lo cual sus familiares tuvieron que pagar un millonario rescate.
Dicha acción delictiva provocó que el agraviado, a quien afortunadamente le perdonaron la vida, actualmente se encuentre mal de salud.
En Bonfil a pesar de ser una zona considerada como punto rojo, el miedo se siente incluso por las calles donde familias de ejidatarios han mostrado su preocupación porque de han registrado múltiples extorsiones.
Al interior del ejido muchos comuneros respiran miedo, porque no hay modo de frenar la extorsión en una acción del crimen organizado que muchas veces tienen que pagar por el riesgo permanente de que los delincuentes les advierten tener ubicada sus casas y a su familia.
Durante un recorrido por Bonfil, un ejido que actualmente se encuentra incluso en una disputa por el comisariado ejidal, las campañas no se han hecho, como en otras ocasiones, donde los aspirantes externan desconfían y miran con extrañeza e incluso con recelo la presencia de personas de otras partes que viven cerca de casas de comuneros a los que visitan para pedirle su voto.
Y así, la problemática es generalizada sobre todo en ejidos donde el potencial económico es evidente por toda la superficie de tierras que tienen y el constante crecimiento del lugar producto de la venta de predios.