El temor sigue presente este sábado en el estado mexicano de Jalisco, cuna del tequila y el mariachi, por la inédita ofensiva lanzada el viernes por un poderoso cártel narcotraficante, que llegó a atacar un helicóptero militar dejando tres soldados muertos y tres más desaparecidos.
“Nadie quiere salir. Es como toque de queda. Esto estuvo muy feo”
Un total de siete personas murieron, incluyendo los tres soldados y un agente de la fiscalía estatal, y 19 más resultaron heridas durante la jornada, en la que se desataron cuatro enfrentamientos entre sicarios y fuerzas de seguridad.
Búsqueda de los desaparecidos
Soldados y agentes de la fiscalía general buscaban el sábado a los tres soldados cerca de donde el helicóptero tuvo que aterrizar, dijeron a la AFP fuentes del gobierno federal.
En esa zona hay mucha vegetación y los soldados pueden incluso estar escondidos allí, o estar inconscientes o muertos, añadieron las fuentes.
"No sabemos todavía lo que les ha sucedido", dijo una de las fuentes que pidió el anonimato. "Es una búsqueda muy detallada para encontrar a los compañeros", prosiguió.
Cuestionados sobre la posibilidad de que los soldados pudiesen haber sido secuestrados, otra fuente federal respondió: "No quiero especular sobre eso. Mantenemos la versión de que están desaparecidos".
Horas de terror
Simultáneamente hombres armados sembraron el terror en 25 municipios de Jalisco, al oeste, incluida su capital, Guadalajara, la segunda mayor ciudad del país, bloqueando calles y carreteras con hasta 36 vehículos incendiados y quemando bancos y gasolineras.
"En la mañana las mesas estaban llenas, pero en cuanto se empezó a saber de los bloqueos la gente empezó a pedir la cuenta y salir corriendo", dijo temerosa y bajo anonimato a la AFP una mesera de la cadena de restaurantes Sanborns, propiedad del magnate Carlos Slim.
La agitada vida nocturna de Guadalajara prácticamente desapareció el viernes;sus calles, restaurantes y bares lucían vacíos.
Respuesta criminal a la ‘Operación Jalisco’
El gobierno asegura que la violencia fue una reacción de los narcotraficantes al lanzamiento el viernes de la "Operación Jalisco", en la que militares y policías federales se desplegaron para desarticular al cártel Jalisco Nueva Generación, que venía protagonizando una serie de espectaculares ataques a autoridades.
Diecinueve personas fueron detenidas el viernes aunque sus identidades no fueron divulgadas.
Los enfrentamientos se iniciaron hacia las siete de la mañana cuando un helicóptero militar Cougar detectó un convoy de vehículos con hombres armados en la carretera que une las localidades de Casimiro Castillo y Villa Purificación.
Al percatarse de ser seguidos, los sicarios abrieron fuego contra la aeronave impactando en su cola.
El helicóptero tuvo que hacer un descenso de emergencia. De sus 18 tripulantes, tres militares murieron, 10 soldados y dos policías federales fueron heridos y tres militares están desaparecidos, informó la Comisión Nacional de Seguridad.
En el pueblo de Autlán –de 58,000 habitantes--, donde murió el agente de la fiscalía estatal en una balacera, la plaza central lucía completamente vacía la noche del viernes.
A un costado de los portales, un taxista explicó a la AFP que los vecinos se resguardaron en sus casas cuando vieron cómo algunos hombres prendían fuego a una sucursal bancaria.
"Nadie quiere salir. Es como toque de queda. Esto estuvo muy feo", comenta el taxista. "Los que incendiaron el banco estuvieron aquí en el kiosco como hasta que se animaron y le arrojaron botes de vidrio con gasolina. Luego se fueron en una camioneta que pasó por ellos".
El gobierno estatal tuvo que decretar el "código rojo" (máxima alerta) ante los casi 40 bloqueos viales e incendios de vehículos y locales perpetrados incluso en el turístico balneario de Puerto Vallarta.



