En Washington, autoridades de Estados Unidos lanzaron recientemente la “Operación Firewall” —Iniciativa Unidos Contra el Tráfico de Armas de Fuego— en conjunto con México, con el objetivo de frenar el flujo ilegal de armas que alimenta la violencia en ambos países. México, por su parte, está bajo presión para responder con acciones igualmente firmes en materia de combate al tráfico de drogas.
La operación binacional implica despliegues fronterizos para interceptar envíos de armas, uso más amplio de herramientas como eTrace para rastreo electrónico, intercambio de inteligencia en tiempo real y fortalecimiento de investigaciones conjuntas. El plan busca evitar errores de anteriores operativos como “Rápido y Furioso”, que padecieron falta de coordinación y transparencia.
La función de eTrace es clave: cuando se recupera un arma en México, sus datos (serie, modelo, origen) se ingresan al sistema para rastrear su cadena de custodia hasta el primer comprador, lo que podría desarticular redes transnacionales involucradas en tráfico ilícito de armas.
Este esfuerzo estadounidense-mexicano marca un giro estratégico: ya no basta con que Estados Unidos se concentre en evitar que las armas crucen la frontera hacia México; ahora exige que México implemente acciones eficaces contra el narcotráfico, pues la violencia derivada del contrabando de armas y drogas está íntimamente entrelazada.
El reto para México es mayúsculo: deberá fortalecer su aparato judicial, blindar sus fuerzas de seguridad contra infiltraciones y corruptelas, coordinarse de forma eficiente con agencias de otros países y elevar la capacidad investigativa para desmantelar no solo rutas de narcóticos, sino también sus vías de financiamiento.
Si México logra responder con inteligencia, transparencia y resultados tangibles, la Operación Firewall podría marcar un nuevo paradigma en la lucha contra el crimen transnacional. Pero si la respuesta mexicana falla o se queda en promesas, la iniciativa correrá el riesgo de ser un esfuerzo fallido más, con armas incautadas que no conduzcan a redes completas o estructuras criminales superiores.
Deja tu comentario