Desde el 29 de abril de 2002, documentos oficiales revelan una oscura alianza entre las entrañas del poder en Tabasco y los líderes del grupo delictivo La Barredora. Hernán Bermúdez, conocido como el “narcosecretario” de Adán Augusto López; Miguel Cantón Zetina, hermano del senador morenista Óscar Cantón; y Juan Arellano Jaimes, presunto operador de La Barredora en Chiapas, habrían fraguado un pacto de impunidad para traficar cargamentos ilícitos bajo la protección de altos funcionarios.
Susurros en los pasillos del poder
Se habla de carpetas selladas a fuego lento, de sellos oficiales que nunca llegaron a la FGR y de órdenes verbales transmitidas en voz baja tras puertas blindadas en el palacio de gobierno. Testigos consultados por este medio aseguran haber visto maletas oscuras cruzar pasillos a la medianoche, custodiadas por agentes de la propia Secretaría de Seguridad Pública de Tabasco, bajo la mirada atenta —y cómplice— de Bermúdez.
Testimonios que estremecen
Un excolaborador confidencial, quien pidió resguardar su identidad, relata conversaciones telefónicas intervenidas donde Cantón Zetina presume “cortesías” otorgadas a capos de La Barredora: “Aquí tenemos carta blanca para operar; solo telefónos y movemos el producto”, confesó en una grabación entregada a la Unidad de Inteligencia Financiera. Otro informante afirma que, en reuniones privadas, Arellano Jaimes exhibía fotografías satelitales de rutas de penetración por el río Grijalva, demostrando un nivel de detalle que solo la coordinación oficial puede proporcionar.
El desafío a las autoridades
Mientras tanto, la carpeta 473/02 duerme en archivos polvorientos, a años luz de los reflectores mediáticos. El silencio oficial contrasta con el clamor ciudadano: colectivos de familiares de desaparecidos y organizaciones anticorrupción exigen la reapertura inmediata de la investigación. “No puede haber sombras que cubran delitos de tal magnitud”, advierte la presidenta de un observatorio local.
Entre sombras y expectativas
¿Quién ordenó el borrado de auditorías internas? ¿Qué recompensa recibió cada uno de los involucrados por su mutismo? Las piezas de este rompecabezas apuntan a un entramado que trasciende a Tabasco: la pugna por el control del sureste del país y el trasiego de toneladas de droga hacia el norte.
Impacto y conexión con Quintana Roo
La influencia de La Barredora no se limita a Tabasco y Chiapas. Investigaciones preliminares de este medio sugieren que rutas clandestinas atraviesan el corazón de Quintana Roo, con puntos de escala en Cancún y Playa del Carmen. Fuentes locales advierten de grupos de “halcones” en la zona hotelera y de presuntos depósitos de estupefacientes cerca de la carretera federal 307. Autoridades municipales reportan detenciones esporádicas, pero sin dar con los cabecillas. La proximidad de Quintana Roo al corredor turístico y su porosidad fronteriza lo convierten en territorio estratégico tanto para los remanentes de La Barredora como para los intereses políticos que, según rumores, buscarían un nuevo nicho de poder e impunidad.
La historia de Los Cantón