Soldados sudaneses violaron al menos a 221 mujeres y niñas en una villa de Darfur en una serie de ataques organizados casa por casa el año pasado, afirmó el grupo activista Human Rights Watch en un informe.
El director de la rama de la organización en África, Daniel Bekele, calificó el hecho como “un nuevo nivel de gravedad en el catálogo de atrocidades en Darfur”.
El incidente está en el centro de un reciente derrumbe en las relaciones de Sudán con la comunidad internacional en torno a una región plagada de violencia por más de una década.
Reportes de una violación masiva ocurrida a fines de octubre en Tabit surgieron rápidamente vía transmisiones de radio por sudaneses en el extranjero. Una misión conjunta de pacificación formada por las Naciones Unidas y la Unión Africana indicó inicialmente que no encontró evidencia, pero la representante especial de la ONU sobre violencia sexual en conflictos dijo que la fuerte presencia de fuerzas militares sudanesas durante su visita probablemente afectó los hallazgos de la misión.
El Consejo de Seguridad de la ONU exigió que Sudán permita una investigación. En lugar de ello, el presidente Omar al-Bashir ordenó el cierre de la oficina de derechos humanos de la misión del organismo internacional y se ha negado a permitir que la misión visite la villa.
El gobierno de Sudán dice que su propia investigación encontró que “no hubo un solo caso de violación”. Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad, avaló esa conclusión.