Dentro de la estructura de gobierno formal, el municipio es la primera instancia que tiene el ciudadano, para realizar sus gestorías y exigir el cumplimiento legal que tiene el Ayuntamiento con sus gobernados, de ahí la importante labor que tienen los presidentes y presidentas municipales electos para realizar la reorganización social.
La mayoría de los gobiernos que les antecedieron, solo se interesaron en tratar de llevar obra pública (muy raquítica), prestar (muy mal) los servicios municipales, aspirar a dar seguridad pública (que no existe) y querer tener un ordenamiento territorial que se ve complicado en todos los sentidos; pero eso sí, se aplicaron en el cobro de los impuestos, derechos y aprovechamientos en detrimento de la economía del ciudadano.
Como lo comenté en la entrega pasada, es necesario la recomposición del tejido social para poder garantizar la gobernabilidad en el municipio; como ya lo reconoce el gobierno del estado en su Plan de Desarrollo Estatal 2016-2022, “la aparición de nuevos fenómenos sociales, como el del niño llave o niño cadena, así como la inseguridad, aunados a la falta de oportunidades para el desarrollo de algunas regiones en la entidad, han sido factores clave en la descomposición del tejido social que tanto vulnera el bienestar de la población quintanarroense en su conjunto”.
Es por ello que la administración debe crear, antes que nada, programas que vayan dirigido a la familia, en cualquiera de sus modalidades, apuntalados por proyectos de educación, salud y recreación, porque se no lo hace, tendremos que reconocer “el incremento en el número de homicidios, el aumento en las adicciones, así como en el porcentaje de violaciones, la insatisfacción con la vida y la desconfianza en las relaciones sociales y en la actuación gubernamental”, y trabajar e invertir más tratar de paliar esta descomposición.
Dependencias como el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF); Educación, Cultura y Deporte; de Atención a la Mujer; Atención a Grupos Vulnerables; y Desarrollo Social, deberían de unir sus presupuestos para crear proyectos y programas verdaderamente efectivos, pues que el crimen organizado reclute adolescentes y jóvenes, debe encender los focos rojos para reorganizar a la sociedad. No se trata de dejarle la tarea a la iglesia (no lo va a hacer) o a las Asociaciones Civiles, pues estas organizaciones solo quiere “halar agua para su molino”, es un mandato constitucional para las autoridades de los tres niveles de gobierno, pero es el Municipio el que tiene contacto directo con el ciudadano.
La recomposición de la sociedad es pues una prioridad en los próximos gobiernos municipales, en Benito Juárez, Solidaridad, Cozumel, Tulum y Othón P. Blanco este tema se ha convertido en un punto medular, porque los gobiernos anteriores son los principales culpables de que la violencia haya llegado a una comunidad que se mantuvo bajo una paz social durante más de 40 años.
SASCAB
No pierda de vista al Partido del Trabajo en Quintana Roo, pues ya se organizan para poder participar con más fuerza en las elecciones locales del 2019. Saldrán nuevos cuadros políticos, que si continúan en alianza con el Movimiento de Regeneración Nacional, podrían alcanzar hasta cinco curules en la próxima legislatura.